Psic. Mercedes Viera Azpiroz
Psic. Rosario Valdés Strauch
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A los dos meses el bebé comerá varias veces al día y dormirá unas cuantas horas. Pero si lo observas, verás claramente que sus ciclos no sólo son de alimentación y sueño, sino también de ejercicio de sentidos y movimientos. Es fundamental que respetes los tiempos del bebé sin ceñirte a horarios estrictos e innecesarios. Él se encargará de “decirte” si necesita amamantar, dormir o si quiere que juegues con él.
Si logras “escuchar” o tratar de interpretar a tu hijo desde un principio, tu relación con él será mucho más sencilla de lo que imaginas, pues lograrás establecer las bases para una buena comunicación.
Y si te preguntas cómo aprender a “escuchar” a tu bebé, la respuesta es simple: dedica unos minutos del día a observar todo lo que hace.
En el transcurso de este segundo mes, el bebé comenzará a escalar una serie de peldaños en los niveles social, intelectual y sensorio-motor. Descubrir estos progresos te llenará de placer, pero si por el contrario percibes retrasos, te alertarás.
• No dejes de aplicar las pautas sugeridas para el primer mes de vida.
• Anímalo a explorar. Muéstrale cómo mirar, tocar, oler, escuchar y manipular objetos.
• Acostumbra a tu bebé de manera progresiva a permanecer boca abajo mientras está despierto (no para dormir). En esta postura fortalecerá sus brazos y su cuello y, sobre todo, podrá satisfacer su curiosidad con mayor libertad. Ponle de lante algún objeto de color fuerte que se mueva o suene. Intenta despertar el gusto de tu bebé por dicha postura, apoyándolo también sobre tu propio cuerpo. Y cuando estés recostada, háblale y acarícia le la espalda: verás cómo levanta la cabeza para observarte.
• Cuando el pequeño esté boca arriba, estimula la fijación de su mirada hablándole, gesticulando y sonriéndole. Una vez que ha logrado fijar su mirada, comienza a moverte lentamente para darle tiempo a que te siga. Estimula los movimientos de su mirada en forma pareja, hacia la derecha y hacia la izquierda.
• Acondiciona el ambiente previo o posterior al baño, dejando que el bebé disfrute la libertad de movimiento que le permite el estar sin ropa. Aprovecha este momento para promover el contacto corporal: hazle caricias y masajes, sin duda te lo agradecerá. Si el tiempo y el medio ambiente lo permiten, vístelo con el mínimo de ropa posible.
• Tómale las piernas, estíralas y dóblalas suavemente.
FUENTE: Bienvenido bebé | UNICEF