Psic. Mercedes Viera Azpiroz
Psic. Rosario Valdés Strauch
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A los 3 meses tu bebé alcanzará un primer gran logro desde el punto de vista motor: el control de su cabeza, es decir, el comienzo del dominio activo de su propio cuerpo. Y llegará ahí paso a paso, estímulo a estímulo, en una evolución única e irrepetible:
• Los músculos del cuello se han fortalecido, por eso ya no tendrás que preocuparte tanto si su cabecita se bambolea. Ahora estás en presencia de un bebé más activo y curioso que, al haber aumentado sus posibilidades, necesita ejercitarlas. Ya puede comenzar a seguir objetos que se mueven hacia un lado y hacia el otro y, boca abajo, puede observar por más tiempo lo que se le pone delante. Si lo orientan, es incluso capaz de señalar qué cosas le gustan más.
• Debes tener presente que, al igual que una esponja, tu niño absorbe toda la información que le es posible captar y la que tú, a través de actos sencillos y cotidianos, le proporciones. Estimúlalo adecuadamente para que pueda lograr un desarrollo armonioso y crecer como un bebé independiente.
• A partir del tercer mes aumenta el tiempo de vigilia. El mundo externo se pone más y más interesante para el bebé, que además comienza a distinguir formas y colores. Deja que meta sus manos en la boca: está conociéndose. Todo objeto que se encuentre a su alcance terminará indefectiblemente en su boca. Experimentará lo que es duro, blando, frío y caliente.
Teniendo en cuenta todo esto, aplica las pautas de estimulación más adecuadas a la edad de tu niño:
• Muéstrale tus manos y juega con ellas.
• Intenta que siga tus movimientos con la mirada, si te mueves para tomar algo, llámalo para que mire hacia tu lado.
• Cuando está boca abajo, ponle objetos delante para que los observe (verás que levanta su cabeza). Aumenta progresivamente el tiempo de permanencia del pequeño en esta posición: lo ideal es que esto ocurra en el piso, sobre una alfombra o acolchado que no se resbale, pues de este modo evitas el peligro de que caiga y el bebé se beneficia más con la postura sobre una superficie firme que una blanda, como la cama.
• Cuando esté boca arriba, ponle objetos al alcance para que intente llegar a ellos.
• Juega a “¿Está? ¡Acá está!” con tu bebé. Puedes hacerlo tapándote la cara con el pañal limpio, para destaparte luego y re-aparecer sonriente.
• Recuerda que es conveniente variar los objetos que se le presentan, pero a su vez mantener un número reducido, para que él se familiarice con ellos.
• Repite los sonidos que el bebé emita para favorecer la comunicación.
También al tercer mes es importante que continúes con las pautas de estimulación correspondientes a los meses anteriores. Observa la evolución de tu bebé y recuerda que lo fundamental es que las conductas propias de su crecimiento aparezcan, aunque no sea en los meses exactos indicados. Ten presente que cada niño es diferente y, por lo tanto, necesita que se respeten los tiempos y ritmos propios.
FUENTE: Bienvenido bebé | UNICEF