Psic. Mercedes Viera Azpiroz
Psic. Rosario Valdés Strauch
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Ver a tu bebé crecer y desarrollarse es ver la maravilla de la vida. Te emocionarás al observar cómo transita cada etapa: sus primeros días, la llegada a casa, el primer mes… Lo verás aprender y cambiar junto a su familia. En este paulatino crecimiento, procura no preocuparte, asustarte y mucho menos presionarlo. Disfruta de cada momento, cumple con los controles marcados en el “carné del niño” o los que tu pediatra te indique y ten presente que cada bebé se desarrolla a su tiempo.
El recién nacido comienza a desarrollarse en el instante mismo de su nacimiento. Por eso, desde el primer día irás descubriendo e identificando cambios en tu bebé. Observa cómo, a poco de nacer, abre los ojos al establecer contacto contigo, y cómo es capaz de vincularse intensamente con su entorno, como si quisiera incorporar información:
• Tu bebé es capaz de reconocer tu voz apenas nace, y también la de su padre.
• Si lo pones a 20 o 25 cm de distancia, puede mirar tu rostro de inmediato.
• Reconoce olores, busca su alimento, expresa lo que quiere con gestos.
• Al cabo de unos días, se irán entendiendo cada vez mejor.
No te apures ni lo apures…
Aunque te entusiasmes viendo cómo tu bebé se desarrolla, es fundamental que entiendas que se trata de un proceso en etapas. Por eso mismo, él será capaz primero de sostener su cabeza, luego recién podrá sentarse, más adelante gateará, después podrá pararse, hablar y así sucesivamente. Recuerda que cada bebé tiene su propio tiempo y crece a su propio ritmo.
El desarrollo de su cuerpo depende de la madurez del cerebro y los estímulos que reciba de ti y del ambiente. El recién nacido no puede hablar, controlar la vejiga ni caminar, porque aún no madura su desarrollo. (A modo de referencia, ten presente que los momentos especiales del desarrollo del niño figuran en el “carné del niño” que se entrega en el momento del nacimiento).
Evita comparar a tu bebé con otros, pues esto genera preocupaciones sin sentido. No hay 2 niños que se desarrollen al mismo ritmo. Hay una variación normal de tiempos.
El orden de desarrollo es de la cabeza a los pies. Por eso, tu bebé no se sentará hasta que no sostenga su cabeza y no se pondrá de pie mientras no haya podido sentarse.
Recuerda que tu bebé no producirá palabras con sentido hasta pasados los 10 meses. En esta primera etapa, conténtate con balbuceos, gestos y el bien conocido “ajó”.
Sus capacidades y destrezas irán evolucionando paulatinamente, es importante ir descubriéndolas.
El nivel de estimulación para el desarrollo se aprende con la convivencia y el asesoramiento pediátrico y familiar.
FUENTE: Bienvenido bebé | UNICEF